Divagando hacia el ocaso.
Sin rumbo y sin recejo,
abrazando todas las luces fijas,
simular que me alejo
por sendas de brillantes rosas rojas,
mi ventana transmite
el imposible del agua y el aceite.
Pueden caer las nubes
o viajar más rápido que la luz
y flores quizá azules,
pobre y desalmado poeta andaluz.
Vivir puede matar
y si toco el sol podría quemar.
Las hojas de mi vida
de ese libro vacío de vivir,
sólo es un viaje de ida,
dejarás de parpadear y sentir.
Al llegar sentirás
que el todo y la nada controlarás.
Mario Sampedro®